La atención del personal inmejorable. La ubicación, muy céntrico. En definitiva, relación calidad-precios, muy buena.
Tan solo una pega, y es que la habitación olía mucho a tabaco, lo cual es bastante desagradable. Soy fumadora, pero entiendo que un hotel, hoy día, no debería permitir que se fumara en las habitaciones, ya que el olor se impregna en sábanas, cortinas, pared... y por mucha limpieza que haya da sensación de suciedad (y eso que la habitación estaba muy limpia).